Corrían buenos tiempos en los florecientes años 60 para el conjunto lisboeta. En 1961 y 1962 ganaron la Copa de Campeones y el equipo vivía su época dorada. Pero al acabar la final de 1962, los dirigentes lisboetas encabezados por su presidente Antonio Carlos Cabral, discutieron con él y decidieron despedir al brillante entrenador húngaro Bela Guttman, verdadero artífice de los éxitos cosechados. Indignado, el húngaro maldijo a su ya ex club de esta manera: “Nunca, ni en cien años, el Benfica volverá a ganar un título en Europa”.
Como es natural, esta maldición no asustó en un principio ni a dirigentes ni a aficionados de Las Águilas… pero fue pasando el tiempo y se fueron sucediendo las derrotas en finales europeas hasta que, a día de hoy y desde aquel suceso, el Benfica ha perdido un total de 5 finales de Copa de Europa (1963, 1965, 1968, 1988 y 1990) y 1 de Copa de la UEFA (1983). De hecho, cuenta la historia que antes de la final de Copa de Europa de 1990 frente al Milan en Austria, ciudad donde está enterrado Bela Guttman, el mismo Eusebio fue a visitar la tumba de su ex entrenador para pedirle que le dejaran ganar la Copa. Pero de nada sirvió, pues la maldición se volvió a cumplir y el equipo rossonero ganó 1-0. Hasta el día de hoy, esa fue la última final europea que ha disputado el conjunto encarnado.
Pero para demostrar que este tipo de “maldiciones” se acaban rompiendo, no hay mejor ejemplo que el del caso conocido como “la maldición de El Bambino. George Herman Ruth, conocido como Babe o El Bambino fue uno de los mejores jugadores de béisbol de la historia, incluso la ESPN lo nombró en 1.998 tercer mejor atleta de Estados Unidos en el siglo XX, por detrás de Michael Jordan y Muhammad Alí. Corría el año 1920, y pese a ser la rutilante estrella de los Red Sox de Boston, el nuevo propietario, Harry Frazee, decidió venderlo a sus archienemigos, los New York Yankees, forjando así, sin saberlo, “la maldición de El Bambino”.
Pese a ser el mejor equipo del momento, con 5 títulos en su haber, los Red Sox entraron en una crisis deportiva a partir de la venta de "Babe" y se llegó a mitificar al extremo “la maldición”. Pero ésta finalizó a lo grande: en 2004 los Red Sox vencieron a los Yankees en la Final de Conferencia, remontada histórica incluida (perdían 3-0 y remontaron 3-4) y se alzaron con la Serie Mundial frente a los Cardinals de Sant Louis, 86 años después y 4 finales perdidas por el camino (1946, 1967, 1975 y 1986). “Babe ha dejado el edificio” rezaba una pancarta en el último partido de la Serie Mundial. Esperemos también que, por el bien del Benfica, Bela Guttman siga el ejemplo de "Il Bambino" y deje alguna vez ganar un nuevo título continental al equipo que maldijo.
Tristemente todavía falta 50 años para que se cabe la maldición del Benfica.
Hasta el próximo partido.
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